sábado, 11 de diciembre de 2010

Cavar la propia fosa (2)

     Continúo con la historia que comencé ayer...

     CAVAR LA PROPIA FOSA (2ª PARTE)

     Entonces el rey dijo:

     -¿Qué es lo que has dicho?

     El joven respondió:

     -Dije, que aquel que cava una fosa para su hermano, cae él mismo en ella.

     El rey quedó muy complacido con las palabras del muchacho, entonces le dijo:

     -Sabes que yo soy el mismo rey y él es el visir. Te perdono por la luz dado que la necesitas para tu café. Y te perdono tus palabras dado que has dicho lo que estaba en tu corazón. Y como los reyes estamos necesitados de consejos sabios, vendrás todos los días a verme a mi corte y me dirás este mismo sabio consejo y yo te premiaré dándote oro.

     El joven quedó muy complacido con las palabras del rey, pero el visir no, porque pensó que este joven volvería contra él el favor del rey. Todos los días el joven iba al palacio y decía esas palabras al rey y el rey lo premiaba con oro. Al rey le gustaba el joven y le concedió un manto de honor, tierras y riquezas.

     Pero un día el visir se presentó delante del rey y le dijo:

     -¡Oh!, mi maestro, hay algo que no me gustaría hablar.

     -¿Qué es?, -preguntó el Rey.

     El Visir contestó:

     -El joven que viene a verte todos los días me habló diciendo; dile al rey que un olor feo sale de su boca, tiene un aliento horrible. Dile por favor que vuelva su cabeza cuando me hable para que no me enferme con semejante olor.

     El rey se puso negro de furia y dijo

     -¡Qué vuelva la cabeza! Yo soy el rey y prefiero cortar cabezas. ¡Envíamelo!

(continuará...)

     Creeis que el final de la historia ya está claro?. A quien lo piense así solo le recuerdo una cosa...las apariencias engañan. Mañana más. Y el lunes el desenlace.

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